domingo, 25 de octubre de 2009

Evaluación

En ocasiones, la llegada de un nuevo ser a éste mundo genera mucha alegría, especialmente a los futuros padres y familiares. Aquéllos pretenden brindarle lo mejor (todo cuanto esté a su alcance). Cuando éste nace se generan nuevos sentimientos, ilusiones, todo estos en vías de integrar al nuevo ser en un núcleo familiar, donde le entregarán y brindarán amor, respeto, y sobre todo valores, constituyéndose así en una persona moral y ética, ya sea en el ámbito social, laboral y afectivo.

Por ende la familia es el núcleo fundamental en el que el ser humano nace, crece y se desarrolla. Su objetivo fundamental es preservar y trasmitir los valores y tradiciones. Todas las familias poseen leyes que regulan su desarrollo por eso se ha considerado una institución, ya que trasmite cultura, perpetua costumbres, brinda educación inicial.

En éste periodo de lactancia se observa el mundo con asombro, con una mirada profunda y exploradora, el ideal es ir siempre más allá. Sin embargo, al pasar los días y con ello los años, se pierde esta capacidad, pero se adquieren otras, el cuerpo comienza a crecer y a desarrollarse, las habilidades motoras mejoran, y al mismo tiempo las cognitivas, emocionales, etc.

Ahora bien, como se dijo en el párrafo anterior el hombre al constituirse en un ser humano adulto, pierde la capacidad de asombrarse, capacidad que si la conserváramos nos brindaría la posibilidad de darnos cuenta, que tan impresionante es la vida que nos rodea, habidad que nos permitiría hacernos las preguntas precisas para adquirir la base de nuestros saberes y al mismo tiempo, consolidarlos.

Las preguntas que se generan, de lo dicho con anterioridad son: ¿Por qué el hombre se torna tan superficial? ¿Por qué la gran mayoría de los seres humanos perderá esta capacidad de asombro? ¿Por qué tenemos la mala costumbre de invisibilizar al mundo y junto a ello a las personas? ¿Esta capacidad de asombrarse se pierda o nos las quitan?

Tal vez la película protagonizada por el famoso actor ya fallecido, Charles Chaplin “tiempos modernos” podría darnos u ofrecernos una explicación lógica a estas preguntas. La mecanización de nuestro hacer y al mismo tiempo el de pensar se torna un fenómeno de invisibilización que nos acompaña en múltiples dimensiones, todo cuanto nos rodea los usamos como medio para algún fin, como una extensión de nosotros mismos.

A modo de explicar este proceso podríamos decir que en una primera instancia, todo cuanto hay a nuestro alrededor lo observamos, los analizamos, indagamos sobre él, sin embargo el objeto que alguna vez nos llamo tanto la atención, de un día para otro deja de focalizar nuestra mirada, en efecto podríamos decir que el hombre con el pasar de los días adquiere y construye esta condición mecánica.

La interrogante que se genera a partir de lo ya plateado es ¿la escuela será responsable de ello? Tajantemente si. Las instituciones educacionales bajo un paradigma conductista están centradas en la información, en lo cognitivo, en el proceso de enseñanza, pero sobre todo en la pasividad y homogeneización de los educandos. Por ende la escuela al estar sujeta a la entrega de información, cualquier interferencia en la relación unidireccional establecida por el docente o cualquier cosa que se salga del estándar construido por los sistemas educacionales, no es permitido dentro del aula.

En consecuencia el alumno/a deja de ser un ente activo, abandona el interés por el mundo y todo aquello que lo compete. Las preguntas ya no son necesarias, porque estas ya están hechas y contestadas, el saber ya no es considerado como valor de uso y se torna a valor de cambio, es decir, se acaban las ganas por el aprender, el día a día se vuelve homogéneo, las diferencias son opacadas. Y como diría Márx las relaciones se convierten en relaciones materialistas, en donde nuestro entorno solo nos sirve como medio para.
La pregunta es ¿en qué momento nos damos cuenta de que existe otro (entiéndase por esto, tanto por objetos como por persona)? Cuando ese otro ya no está, cuando deja de sernos útil. ¿Será necesario llegar a estos extremos? Creemos que no, de alguna manera la educación, también a reflexionado sobre aquello y se ha dado cuenta que bajo un paradigma conductista el hombre jamás podrá ser un transformador, un investigador, un agente activo en su entorno, y critico en todo su hacer y pensar, cayendo necesariamente en el control, en la reproducción.
Mas la tarea no termina aquí, es necesario que todo agente que se encuentre involucrado en educación siga conservando esa capacidad de asombro, con la finalidad de que a partir de ello, se generen interrogantes que hasta ahora, aún no han sido contestadas y que por lo tanto necesitan una respuesta.
Miriam Gonzáles es una de las pocas personas, que aún conserva la capacidad de asombro, la cual le permitió analizar el contexto educativo y arrogar interrogantes, que en una primera instancia pueden ser banales, pero necesarias si queremos una transformación radical en nuestra educación.
El cuestionamiento que ella plantea será abordado en el siguiente informe, en donde se darán a conocer puntos importantes acotados por la autora, con la finalidad de concluir con una pequeña opinión grupal, los temas a tratar serán: ¿qué se entiende por evaluación de aprendizaje?, ¿Por qué y para qué evaluar?, ¿qué evaluar?, el análisis se hará a partir del texto: la evaluación del aprendizaje: tendencia y reflexión crítica.
Miriam Gonzáles, da a conocer, como punto de partida, que las transformaciones que se entrevén, en la evaluación del aprendizaje, están asociadas, a factores tales como:
v El lento proceso hacia una ideología no tan selectiva y meritocrática.
v Las tendencias pedagógicas contemporáneas sobre educación que dimensionan el papel de la enseñanza en el desarrollo personal y social, el aprendizaje individual y grupal, el carácter comunicativo de la educación, las relaciones democráticas, menos directivas y autoritarias entre los participantes del hecho educativo, entre otros aspectos.
v en el ámbito educativo y social, la irrupción de las nuevas tecnologías de la informática y la comunicación.
v La cada vez mayor convencimiento de la importancia de las concepciones sobre la educación y la evaluación, en particular, de los profesores, dirigentes y alumnos, en la regulación de su actividad.
v La implantación progresiva de las ideas sobre la validez de los análisis ecológicos en la valoración de la enseñanza y el aprendizaje. La potenciación de los resultados de la investigación educativa con la conjunción de métodos cualitativos y cuantitativos.
v Los avances esperables, en el estudio del aprendizaje y sus mecanismos, que permita una aproximación más certera al objeto de evaluación; así como los progresos en la creación de herramientas, como las matemáticas, pertinentes para la medición del aprendizaje.
v Los estudios interdisciplinarios y transdisciplinarios de la evaluación del aprendizaje y la ampliación y desarrollo de la evaluación educativa como campo científico dentro de las propias ciencias de la educación.
Significado de “La evaluación del aprendizaje”

Según la autora las definiciones globales que aparecen en los diccionarios son aceptadas en el presente, tales como apreciar, valorar, fijar el valor de una cosa, hecho o fenómeno. Estas definiciones tienen la intención de abarcar la riqueza y complejidad del concepto, sin caer en simplificaciones abusivas que reducen su objeto y funciones.

Estas simplificaciones son las que llevan a la simple calificación, llevando también a la idea de control. Este concepto apunta más a el reconocimiento de dos ideas: la técnica y la de poder o ejercicio de autoridad. Estas ideas como ya sabemos son ampliamente analizadas y criticadas por la pedagogía crítica y la sociología de la educación.

Las definiciones actuales coinciden en reconocer, como procesos básicos de la evaluación, la recogida de información además de la entrega de un juicio valorativo.

Ambos procesos no agotan el acto evaluativo, por lo tanto no son suficientes para el análisis de la evaluación (de lo que esta nos puede entregar). El análisis al que se refiere la autora, debe develar la estructura y funciones de esta herramienta como objeto o sistema desarrollado en su origen y devenir. Pretende entonces, la búsqueda de una unidad, simple, que encierre lo esencial de él, representando auténticamente su estructura y funciones.

La mirada se lleva entonces a la acción evaluativa, que señala como la interrelación propositiva u orientada del sujeto y el objeto, mediatizada por los instrumentos o medios materiales e ideales y en condiciones concretas previamente determinadas.

La consideración de estos aspectos, la interrelación de cada componente con el sistema mayor, y su posición sociohistórica lleva a suponer muchísimas operaciones o subprocesos que van desde el establecimiento de los contenidos hasta una valoración de resultados.

Una de las características de la evaluación es la interrelación entre el evaluador y el evaluado, constituye además un proceso de comunicación interpersonal, donde los roles pueden intercambiarse o darse simultáneamente.

Scriven introduce la distinción entre meta y funciones de la evaluación que podría ser útil para el estudio de esta. Como meta señala; “la determinación sistémica y objetiva del valor o mérito de algún objeto”, en cambio a las funciones las pone como muy variadas y relacionadas con la utilización de los datos evaluativos.

La distinción entre estas es fundamental porque facilita el establecimiento de las peculiaridades y para distinguirla de muchas otras actividades que comparten muchos de sus procesos y fases.

Por otra parte reconocer las funciones permite estudiar sus distintos usos y concepciones (de la evaluación) lo que ayuda a trazar propuestas para su proyección.
Sobre las finalidades y funciones de la evaluación del aprendizaje ¿por qué, para qué evaluar?
El objetivo de la evaluación del aprendizaje, es valorar el aprendizaje en su proceso y resultado. La finalidad marca el propósito que signan a la evaluación y la función es el papel que cumple para la sociedad, la institución, para el proceso de enseñanza y aprendizaje y los individuos que están implicados.
Tanto finalidad como funciones, están estrechamente relacionados con el papel de la educación en la sociedad, se vinculan con la concepción de la enseñanza y con el aprendizaje que se quiere promover y el que se promueve.
Dentro de las funciones de la evaluación están:
v Las funciones sociales que tiene que ver con la certificación del saber, la acreditación, la selección, la promoción: Se refiere a los títulos que entrega las instituciones educativas, a partir de las evaluaciones se le atribuye una posesión del saber y de competencia a la personas.
v Función de control: Se refiere a que la evaluación es un instrumento para ejercer poder y autoridad de unos sobre otros.
v Funciones pedagógicas: bajo esta función se sitúan otras funciones entre ellas podemos encontrar, la orientadora, de diagnostico, de pronóstico, creadora del ambiente escolar, de afianzamiento del aprendizaje, de recurso para la individualización, de retroalimentación, de motivación, de preparación de los estudiantes para la vida.
v La determinación de los resultados del aprendizaje y calidad de éstos: como su nombre lo dice comprobación y constatación de resultados.
v La de proporcionar información que permita la orientación y regulación del proceso de enseñanza – aprendizaje: esta función es un pilar par considerar que la evaluación es parte del proceso de enseñanza y aprendizaje.
v La de servir de vía de enseñanza y aprendizaje: consiste en que la evaluación es vista como un medio o recurso para la formación de los estudiantes, es decir que es formativa.
Las anteriores consideraciones sobre las funciones de evaluación permiten constatar que la evaluación está al servicio del proceso enseñanza y aprendizaje, produciendo cambios en las posiciones de los participantes de esta misma. Principalmente la interpretación de los resultados de la evaluación pasa de ser un dato estadístico, y por lo tanto se considera un momento más del aprendizaje.
Sobre el objeto de la evaluación. ¿Qué evaluar?

Según la autora la delimitación del objeto que se evalúa es central. Ello depende de que se quiera conseguir con la evaluación. Además la definición del objeto tiene connotaciones ideológicas y axiológicas.

Señala que hay tendencias históricas respecto de la consideración del objeto de evaluación del aprendizaje:

v Del rendimiento académico, a la evaluación de consecución de los objetivos programados.
v De evaluación de productos, a evaluación de procesos y productos.
v De búsqueda de rasgos estandarizados, a lo singular.
v De fragmentación, a evaluación globalizadora (del ser en su unidad).

El primer enunciado, centrado en los productos, se da en un sistema de referencias estadísticas y permite el establecimiento de la posición de un alumno respecto a un grupo. Basado en un sistema de referencia de la norma, que privilegia la obtención de indicadores estandarizables del objeto de evaluación. Esto sirve para establecer los estándares y comparar realizaciones individuales, reforzando el valor del examen.

La evaluación de y por objetivos subraya el carácter no espontáneo, sino propositivo del aprendizaje, dirigido, que se da en el contexto de la enseñanza.

Viendo esto se da a conocer que esta evaluación es insuficiente, ya que desatiende el proceso de aprendizaje. Se conoce el hecho de que hay siempre aprendizajes imprevistos, que son ignorados por esta tendencia.

Los objetivos cumplen con expresar el encargo social de la formación de los estudiantes, son necesarios, pero nos suficientes.

Lo que determina el que evaluar durante el proceso, está estrechamente relacionado con el conocimiento de los mecanismos del aprendizaje, es decir, como este se produce. Apuntan a una identificación progresiva de los aspectos que deben ser objeto de evaluación, con el fin de ir valorando y regulando el proceso de enseñanza-aprendizaje desde su comienzo y durante su proceso.

Solo en las últimas décadas se ha tomado en cuenta la evaluación del nivel de partida de los estudiantes, con esto se avanza en el pensamiento pedagógico más allá del principio de accesibilidad. No se desea el diagnóstico puramente cognitivo, se desea también develar los efectos de la enseñanza ulterior, teniendo en cuenta todo aquello que trae como bagaje el estudiante.

Las fases en las que va sucediendo el aprendizaje, constituye un objeto de evaluación y aporta para orientar el aprendizaje. Las aproximaciones de “Teoría de la formación por etapas de las acciones mentales (Galperin y otros), ofrecen un marco conceptual para la concepción de la evaluación y el lugar que ocupa en la enseñanza.

Destaca la importancia de la comprensión de la actividad a realizar, también los elementos que trazan los pasos de una etapa a otra en el proceso de aprendizaje, y la adecuación de las acciones y su contenido respecto a los objetivos de formación.

La autora señala que especial significado hay en la relación que se da entre conocimiento y habilidades, no se debe separar una de otra, ya que todo saber funciona a través de determinadas acciones. De ahí que el análisis de la acción en la que se expresa el conocimiento sea esencial para la evaluación.

Los más recientes desarrollos en evaluación se da a raíz de la evaluación como organización del conocimiento, la evaluación de ejecuciones y la evaluación dinámica.

La evaluación de proceso trae consigo el problema de individualización de la enseñanza (atender las diferencias entre los alumnos). Pero esta es una excelente herramienta para penetrar en los sujetos dando a los profesores y estudiantes la orientación del proceso hacia el logro de los objetivos comunes (sin pasar a llevar al otro).

Por otra parte señala que el aprendizaje es específico, en el sentido del “aquí y ahora”, ciertos modelos ecológicos de la investigación y evaluación ofrecen mucha información que muestra la singularidad del acto educativo y la perspectiva del aprendizaje contextualizado.

El patrón de evaluación debe ser el propio estudiante, la valoración de su desarrollo personal se sostiene en visiones sobre el aprendizaje y en ideales de formación que se expresan en las metas a lograr, de los que derivan criterios que se aplican al individuo.

La evaluación holística o globalizadora desea que se vea al estudiante en su integridad y en su contexto, esto surge como alternativa a la fragmentación del aprendizaje, y a aquellas posiciones que limitan el aprendizaje a aspectos puramente cognitivos. Se aproxima en mayor medida a la realidad del acto educativo y de los fenómenos cercanos a él, como los aspectos valorativos, de naturaleza humana, etc., ya que la toma en cuenta de estos es indispensable para una objetividad superior den la práctica de la evaluación.

Al emitir un juicio evaluativo y tomar en cuenta diversas audiencias en el resultado de la evaluación aparecen dos fenómenos importantes: uno es el “efecto de halo”, que es cuando la emisión del juicio de evaluación se ve “contaminado” por la intervención de dimensiones del objeto que no entran en la valoración, pero que tienen efecto de interferencia. El otro es la sobrevaloración en cuanto al significado (del juicio de evaluación sobre el aspecto correspondiente). El conocer estos y otros hechos que tienen que ver con la evaluación, permite trabajar coherentemente en su control.

Este enfoque tiene sentido cuando la evaluación se observa como algo natural en el proceso didáctico, cuando se desea el predominio de funciones educativas y finalidades, y no de control. De medios informales de captación de información sobre las vías formales que se usan para comprobar solo resultados.

Estas son las tendencias están marcando el paso a las ideas más actuales. Son aquellas que llevan a constituir una verdadera evaluación educativa, que entra en línea con las condiciones y regularidades de la formación de los estudiantes congruentes con las finalidades sociales que busca esta formación en nuestra sociedad.

Ahora bien, una vez establecidos los puntos más importantes de la autora Miriam González, nos gustaría acotar que es de suma importancia que los futuros pedagogos miren el mundo, acompañados siempre, de una gran interrogantes (es decir que no pierdan su capacidad de asombrase), el hecho de que la autora haya puesto en cuestionamiento la evaluación, nos permite comprender que es más que un momento dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje, si no como dijo la misma escritora la evaluación está al servicio del aprendizaje, donde el dialogo, es la base de todo este proceso.

No esta demás decir que si realmente queremos una transformación en la educación es necesario lograr una comprensión total del contexto educativo. A qué nos referimos con esto, el hecho de que la educación sea un sistema autopoiético y autorreferente, posee una clausura para constituirse como sistema, y al mismo tiempo una apertura para seguir manteniéndose como tal. Dentro de cada sistema podemos encontrar un código, que permite diferenciarse de otro sistema social, en el caso de la educación el código es de selección, el cual distribuye a los alumnos/as entre buenos y malos, entre mejores y peores.

Si analizamos el argumento de Luhman, veremos claramente que las definiciones globales de evaluación, que aparecen en los diccionarios como: apreciar, valorar, fijar valor, responde al código de nuestro sistema educacional, por ende nuestra primera impresión sería que cualquier cambio que se desee realizar en la educación, seria necesario, primero que todo, un cambio de código.

No obstante, gracias a las investigaciones realizadas por la autora Miriam Gonzáles, vemos que el cambio es posible, dado que dentro la evaluación existen funciones a nivel intra-escuela y extra-escuela. En el ámbito de intra-escuela, podemos encontrar las funciones tales como:
v Funciones pedagógicas.
v Función de proporcionar información que permita la orientación y regulación de enseñanza y aprendizaje.
v Función de servir de vía de enseñanza y aprendizaje.
Dentro del ámbito extra- escuela podemos encontrar las siguientes funciones:
v Las funciones sociales que tiene que ver con la certificación del saber, la acreditación, la selección, la promoción.
v Función de control.
v La determinación de los resultados del aprendizaje y calidad de éstos.

Es preciso indicar que esta división de funciones intra- escuela y extra- escuela, es para promover que, el ser humano es una conciencia activa y por lo tanto es un constructor de realidades, la intencionalidad humana es la que mueve al mundo, lo transforma, hay a veces que lo mejora y otras que lo empeora. Pero el hecho de delimitar estas funciones permite ponerle atajo al código de nuestra ecuación e impedir con ello que caiga en manos de los educando, construyendo con ello un nuevo y renovado ser humano.

Por ello, ya no podemos sostener una educación cuya concepción de ser humano sea la de un ser pasivo o mero receptor, el cual se encuentre determinado mecánicamente, por ende el cambio o transformación debe ser a pequeños pasos, el hecho de que nosotros también seamos sistemas autorreferente y autopoieticos, permite que la concepción de hombre, ciudadano cambie, pero para ello, debe haber un arduo trabajo profesional, de parte de los pedagogos actuales y futuros, mediante el hacer, el convivir, el actuar y el ser.

Cuando se habla de un cambio de paradigma no se habla de un cambio en la metodología o modificaciones de planes y programas, sino de una nueva concepción de hombre, una nueva aspiración humana, en donde permitan al educando desarrollar y enriquecer sus habilidades, capacidades, destrezas y conocimientos, haciendo de él un hombre competente y que en consecutiva permitan con ello la construcción de una nueva sociedad.

Bibliografía
Aguilar M. y otros. (1998) La pedagogía de la diversidad: una propuesta de inspiración humanista.
González, M. (2001) La evaluación del aprendizaje: tendencias y reflexión crítica. Revista cubana.
Luhman N. (1996), teorías de la sociedad y pedagógicas: sistema de la intención de la educación. Paidos. España
Luhman N. (1990) Sociedad y sistema: la ambición de la teoría. Paidos. España